El crepúsculo cayó cerca de la ciudad japonesa de Kagoshima. Las luces de la ciudad se encendieron, provocando que las calles brillaran con intensidad. Los adultos se dirigían a los puntos y restaurantes de entretenimiento nocturno. Los niños que jugaban en los parques corrieron a casa para la hora de la cena. Para una chica como Miyu, sin embargo, la noche significa que el día acababa de empezar.
Miyu se agachó sobre una de los tejados residenciales mientras inspeccionaba la zona. Siguió la marcha saltando al siguiente edificio. Conforme sus pies tocaban tierra firme salió disparada hacia su ubicación. Las luces nocturnas de la calle hacían brillar su kimono blanco corto de verano. Miyu no tenía problema en recorrerse las calles, pero estaba buscando a alguien en específico. Mientras corría sobre los edificios, echaba un vistazo a la gente. Tristemente, no podía divisar a la persona que estaba buscando. Aunque sabía dónde ir para verla...
Cuando enraba al área arbolada de Kagoshima, saltó a una de las ramas y siguió hacia su destino. Tras viajar durante casi un kilómetro y medio, llegó al lugar. Frente a ella había una iglesia católica en ruinas. La mayoría del cristal estaba intacto, sin embargo, el exterior mostraba el material en lenta descomposición. Miyu miró arriba de la iglesia y saltó.
Miyu aterrizó en el tejado de la iglesia. Vio que faltaban piezas de madera y caminó sobre las robustas tablas. Podía ver algunas luces de velas cerca de la catedral y caminó hacia el lugar. Mientras se acercaba al sitio, dos siluetas se estaban haciendo más visibles. Miyu alcanzó la parte del tejado dónde podía ver bien la catedral. Se le cayó la mandíbula por los eventos que transcurrían frente a ella.
Bajo ella vio una monja blanca con una chica de pelo verde vestida como una prostituta.
“¡Ah~! ¡S-señorita Aensland, por favor! ¡Esta es la casa del Señor! No podemos estar haciendo esto aquí.”
Los ojos de Miyu se abrieron de sorpresa. Ahora se dio cuenta de que la mujer que estaba con la monja era Morrigan Aensland. Morrigan lamió el cuello de la monja seductivamente. La monja no podía parar de gemir al ponerse cachonda por su toque. Ella rompió el vestido de la monja exponiendo lencería blanca.
“Oh Hermana… pero sólo tu deseo puede curarme de mi caliente posesión. ¡Por favor cúrame!”
“Yo... yo-”
Morrigan desabrochó el sujetador de la monja por delante exponiendo sus fabulosos pezones. Se relamió y empezó a lamer uno de los pezones. Su saliva dejó una cálida y pegajosa sensación alrededor de los pechos de la monja.
“Ohh~ Yo… Señor perdóname.”
“¡Por salvarme con tu cuerpo, creo que el Señor te lo está agradeciendo!”
Morrigan siguió dando placer a los pechos de la monja ahora chupando sus pezones. La monja empezó a gemir más y más alto pensando que no había nadie cerca. Manteniendo su boca en los pechos de la monja, Morrigan usó una mano para deslizarse entre las braguitas de la monja. Podía sentir lo mojada que se estaba poniendo la chica y empezó a meterle sus dedos para hacer salir sus jugos de coño.
Miyu estaba anonadada viendo a Morrigan abusar sexualmente a la pobre hermosa monja bajo ella. Aunque la escena de ver a esas dos haciendo actos sexuales estaba provocando que su corazón se acelerara. Miyu apoyo su cuerpo con una mano mientras usaba la otra para acariciarse su teta. Intentando no hacer ruido se tragó sus sonidos mientras empezó a mover su mano a través de su kimono y empezó a sentir su pecho desnudo. Gentilmente pellizcó su pezón lo que causó que soltara un suave gemido.
Bajo la cabeza de Morrigan se movió hacia arriba y miró al techo. Su expresión cambió a una mirada seria. Al mirar el origen del sonido vio a Miyu mirándola. Miyu estaba avergonzada mientras su mano salía de su ropa y se movió hacia su boca. Morrigan pudo verla sonrojarse, a lo cual respondió con una sonrisilla de determinación. Mirando de nuevo a la monja podía ver que los ojos de la chica estaban cerrados mientras se acostaba. “Oh Hermana, podrías por favor…”
Antes de acabar su frase, Morrigan se agarró a sus braguitas de lencería blanca y se los arrancó a la adorable monja.
“Por favor darme su agua bendita~”
Morrigan se inclinó para acercarse y empezó a chupar el clítoris de la monja. La monja se disparó viéndola comerle el coño.
“¡N-NO! ¡No puedo! Por favor Morrigan… ¡Por favor!”
Morrigan miró a los ojos de la monja con sus ojos cambiando ligeramente de color. En un instante el cuerpo de la chica reaccionó completamente diferente. Sus manos estaban sobre la cabeza de Morrigan manteniéndola en su chorreante rajita.
“¡¡¡POR FAVOR NO PARES!!! ¡¡¡QUIERO CORRERME!!!”
“Jejeje~ Cómo desees, neni….”
Morrigan usó su lengua para hacer un círculo alrededor de la judía de la monja. Mientras puso dos de sus dedos en forma de “V” con una mano y los insertó en el coño de la chica, y los otros dos en su culo. Los ojos de la monja se abrieron mientras empezaba a jadear con sus caderas moviéndose cada vez más cerca de la cara de Morrigan.
“¡Oh Dios! ¡Oh Dios! Yo-… yo…”
Morrigan dio un suave mordisco en la judía del amor de la monja. La mujer sintió una ola de placer recorrer todo su cuerpo, mientras gritaba en voz alta por toda la capilla. Se corrió por la cara de Morrigan, quien ya tenía la boca abierta para atrapar los jugos de señorita de la chica.
El orgasmo la abrumó a la chica hasta el punto de que realmente se desmayó.
“Oh dulce niña, déjame acompañarte a la zona de descanso.” Morrigan agarró a la monja desmayada. Caminó hacia una puerta abierta sin luces. Miyu vigiló a Morrigan sujetando a la chica. Aunque cuando entró a la habitación, cerró la puerta tras ella. A Miyu no le gustaba lo desconocido y no se fiaba de dejar a Morrigan sola con una chica.
Mientras Miyu se levantaba y caminaba cerca del otro extremo de la iglesia, alguien susurró acaloradamente, “¿Has disfrutado del espectáculo?”
Miyu saltó mientras miraba arriba viendo a Morrigan en su traje de súcubo habitual de pie en el borde de una parte más alta del techo. Dio una risilla viendo a Miyu saltar asustada por su repentina presencia.
“¡Espera! ¿¡Cómo has- te vi ahí abajo y- dónde está la chica, Morrigan!?”
“Relájate mi alumna~ He dejado a la chica en una suave cama para que duerma.”
“Tch- No soy tu alumna.”
“¿Ah no~?” Morrigan saltó abajo a la parte más lisa del techo de la iglesia. “¿Entonces cómo es que has venido a verme?”
Miyu apartó la mirada de ella pareciendo molesta por la pregunta de Morrigan. “Sabes porqué he venido aquí…”
“¡Ah~! ¡Es verdad!” Morrigan puso sus manos en su propia cintura y lentamente las guio hacia arriba. Los suaves sonidos de sus manos tocando la tela de su traje podía ser escuchado por Miyu. Cuando llegó a sus pechos, los apretó suavemente soltando un placentero gemido. “¡Sólo has venido corriendo porque querías chupar mis espectaculares pezones! ¡Oh…no te has corrido... todavía!”
“¡NO! He venido aquí porque estoy vinculada a ti por nuestro combate!”
La cara de Morrigan cambió a una expresión más seria mientras examinaba la actitud asqueada de Miyu.
“Escucha, renacuaja. Tú fuiste la que me atacó e intentó matarme. No me diste tiempo para explicarme así que no tuve más opción que derrotarte en combate.”
“¿¡Se supone que debía dejar a una súcubo del Infierno salir impune!? No podía hacerlo… ¡especialmente cuando desconocía tus intenciones!”
“Aunque es un buen punto, pero realmente no te maté. Te dejé vivir manteniendo la mayoría de tu libertad. Otras súcubos te habrían o bien absorbido tu alma o bien convertirte en su esclava sexual personal por toda la eternidad. Lo cual, viendo tu bonito culo, es bastante tentador.”
Miyu intentó contraatacar a la frase de Morrigan, pero se acordó que efectivamente fue perdonada. Su expresión se relajó y se llenó de humildad, sabiendo que aún tenía la habilidad de ser una guardiana. Su libertad era efectivamente una bendición, y estaba agradecida de saber que Morrigan no se la arrebató.
Soltó un gran suspiro y caminó hasta la pared del techo dónde Morrigan estaba. Aunque mantuvo la distancia a unos pocos metros.
“Tienes razón, Morrigan. Siento… haberte contestado así. Estoy agradecida de que no me quitaras mi habilidad de ser una guardiana.”
La expresión de Morrigan se calmó también, y se apoyó en la pared y miró arriba al cielo nocturno.
“No te olvides de que esto no es permanente. Nuestro vínculo quiero decir. Una vez vuelva a mi propio mundo, nuestro vínculo se romperá y estarás completamente libre de mi control.”
Miyu miró a Morrigan confundida acerca de su situación.
“Oye Morrigan, ¿cuándo crees que podrás volver a tu mundo?”
Morrigan se encogió de hombros en respuesta, indicando que ni siquiera ella sabía cuándo podría irse del mundo de Miyu.
“Ya veo. ¿Pero dijiste que no sólo eras tú verdad? ¿Mencionaste que habían otros contigo?”
“Así es. Pero sólo éramos yo y todas las demás chicas del grupo las que fuimos absorbidas por este portal en el laboratorio de ciencias. Los chicos no fueron afectados y se quedaron en mi mundo. Pero mientras todas éramos absorbidas, nos desperdigamos como murciélagos inintencionadamente. Y por lo que veo….. Soy la única que está aquí en tu mundo.”
Miyu creyó la historia de Morrigan ya que ninguno de los otros demonios a los que se había enfrentado actuaban como ella. Además había algo del aura de Morrigan que se sentía diferente de los demás demonios del infierno.
“¿Morrigan, puedo preguntarte algo?”
Morrigan giró su cabeza hacia Miyu con una sonrisa juguetona en la cara. “No, Querida, mis pezones no lactan.”
“¿¡Q-qué!? ¡No! Eso no es lo que iba a preguntar.”
Morrigan se rió un poco viendo a la princesa vampira ponerse nerviosa ante la respuesta fuera de la conversación.
“Lo que iba a preguntar es ¿porqué elegiste quedar aquí esta noche?”
Morrigan sonrió y empezó a caminar hacia Miyu reduciendo la distancia entre ellas. Cuando estaba a apenas unos centímetros de ella, susurró, “¿Recuerdas a la monja que está bajo nosotras?”
“¿Sí?”
“La atrapé esta mañana.”
“¿Q-qué? ¿Qué quieres decir?”
“Mientras tú estabas yendo al instituto o lo que sea que hagas por las mañanas, me encontré con esta chica de América. Estaba aquí de visita para hacerse monja en una de las iglesias de aquí en Japón. Pero la chica tenía la belleza de una sagrada virgen y efectivamente, lo era.”
Mientras explicaba la historia, su larga y aterciopelada mano acarició el precioso pelo marrón de Miyu.
Miyu no se inmutó, necesitando algo más que la superficial respuesta de Morrigan.
“No podía dejar ir a una chica tan preciosa. Después de nuestra conversación usé mis poderes para hacerla sentir lujuria hacia mí. Pero para hacerlo especial, le dije que llevara su ropa de monja y quedara conmigo aquí.”
“Déjame adivinar, ¿para que pudieras llevarte su alma o hacerla tu esclava sexual?”
“No había pensado en hacerla mi esclava sexual… Quizá debería~”
“¡MORRIGAN!”
“¡Jaja! Es verdad. No, sólo quería follármela.”
Miyu estaba esperando que el remate de la broma acabara y escuchar el verdadero motivo. Sin embargo con un silencio sepulcral que duró unos pocos segundos, se dio cuenta de que Morrigan le había contado la verdad.
“¡E… espera! ¿Y-ya está?”
“Sip. Sólo quería – cómo lo dicen los jóvenes hoy en día… ¡perrear!”
“¿¡Porqué!? ¿Qué ganas tú haciendo eso?”
Morrigan movió su cara cerca de la de Miyu y se relamió.
“Vaya, vaya, vaya. ¿Estás celosa de no haber llegado antes para unirte a mí?”
La cara de Miyu se sonrojó y rápidamente le dio la espalda a Morrigan avergonzada y medio asqueada.
“¡N-no! Simplemente no entiendo porqué una súcubo no haría ninguna de las dos cosas típicas que las súcubos le hacen a sus presas.
“Porque no es divertido.”
“¿Eh?”
“Escucha, Gatita, no me gusta matar a mi presa a menos que lo merezca. Y no quiero que sean mis esclavos sexuales a demanda porque no es divertido tener el control total de los deseos de alguien. Para eso me compro una marioneta follable.”
Miyu estaba confundida acerca de sus motivaciones mientras intentaba encajar las piezas. “N-no lo entiendo.”
“Miyu, la magia que con la que la haya hechizado es sólo temporal durante un día. Pero quiero que ansíe mi cuerpo, que sienta lujuria por mí, quiero que la consuma. Quiero que me anhele después de nuestro encuentro y ruegue por más actividad sexual.”
Miyu agitó la cabeza en ligero asco al escuchar el discurso de Morrigan. “Las súcubos sois tan raras. Emocionándoos tanto por algo como el sexo.”
Los ojos de Morrigan se pusieron fijamente en Miyu como si fuera a ser retada a duelo. Envolvió sus brazos alrededor de su cintura y la acercó a su cuerpo, con la espalda de Miyu tocando sus pechos. Miyu do un grito ahogado e intentó librarse sin éxito del fuerte agarre de Morrigan.
“¿Oh~? Esas son palabras muy valientes viniendo de una chica que perdió frente a un orgasmo;” Morrigan dijo mientras empezaba a deslizar su mano dentro del kimono de Miyu. “Me acuerdo de cómo nos conocimos…. Me atacaste e intentaste matarme. Pero-”
Morrigan alcanzó su pecho desnudo y empezó a manosearlo.
“Tras sujetarte, empecé a besar tus suaves labios~”
Empezó a lamer la oreja de Miyu, haciéndola sonrojarse y jadear suavemente. Morrigan podía ver la reacción del cuerpo de Miyu además de que comenzaba a sudar.
“¿Oh~? ¿Está empezando a hacer calor esta noche? Es justo como nuestro primer encuentro.”
Morrigan empezó a pellizcar su pezón bajo su ropa, provocando que Miyu diera un grito ahogado con placer.
“Excepto que estaba abusando de tus bonitas tetas y~” Morrigan movió su mano abajo y gentilmente frotó su dedo corazón contra el clítoris de Miyu. “Tu coño hambriento de narices~”
Miyu intentó de nuevo librarse de ella. Lo consiguió, pero no fue lo bastante rápida como para evitar que Morrigan agarrara sus manos y la tirara de vuelta a ella fuertemente para que sus pechos se besaran entre ellos. Morrigan puso su mano bajo la barbilla de su cautiva y la levantó. Podía leer las emociones en los ojos de la vampira. Los sentimientos de furia, miedo, y lujuria estaban TODOS al descubierto.
Morrigan sonrió y arrulló, “Miyu… te enseñaré el poder del sexo y porqué las súcubos lo amamos tanto.”
“¿Eh? ¡No! ¡Espera!”
Morrigan usó sus alas para suavemente levantar a las dos amantes del suelo. Miyu se agarró a los pechos y culo de Morrigan mientras levitaban y subían, con su corazón latiendo fuertemente en su pecho.
Impactada por los que ella misma acababa de hacer, Miyu pensó para sí misma, “¿Porqué acabo de hacer eso? ¿¡Tocar su pecho y su culo!? ¡Es una súcubo! ¡Una mujer pervertida! Pero…”
Miyu podía oír el corazón de Morrigan latir. Miró arriba y vio a Morrigan mirando a la amplia panorámica de la ciudad.
“¿Porqué se acelera tanto mi corazón? Es cómo si… Quisiera ver el mundo con sus ojos. Cómo si deseara vivir eternamente en sus brazos…. cómo si deseara ser su eternidad.”
Llegaron hasta lo alto de la cúspide, con sus pies reposados sobre los pequeños garfios que sobresalían de la arquitectura.
”Jejeje~ Disfrutando mi cuerpo por lo que veo,” Morrigan dijo ahora mirando a Miyu.
Ella dio un grito ahogado y se echó atrás lentamente. “Oh no te preocupes mi joven gatita. Déjame darte algo que realmente puedas comer con los ojos.”
Morrigan puso sus manos en su top, y se lo apartó de un tirón. Sus pechos salieron rebotando ligeramente con gotas de sudor cayendo por ellos. Miyu los miró cómo si fueran tesoros ocultos al reino japonés.
“¿Te apetece una probada, gatita? Son bastante… divinos, o eso he oído.”
Miyu dio un trago a la ve que su corazón aceleraba. Puso una mano en el muslo de Morrigan y la otra en su trasero. Abrió su boca más cerca hasta que llegó a su pezón. Mientras la lujuria la devoraba completamente, empezó a mamar hambrienta el erecto pezón izquierdo de Morrigan, chupando con todas sus fuerzas. El sabor empezó a poner a Miyu muy cachonda. Morrigan lo sabía por las acciones de Miyu.

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“Oh dulce chica, para ser una primeriza lo estás haciendo muy bien. ¿Qué te parece si yo-”
Puso sus manos firmemente en la parte superior del kimono de Miyu.
“Deja que estos cachorritos respires.”
Tiró y abrió de la parte superior, exponiendo los pequeños y alegres pechos de copa A de Miyu. Morrigan movió su brazo izquierdo alrededor del cuello de Miyu y empezó a manosear su pecho izquierdo. Miyu ni se inmutó por ello mientras seguía embelesada por los encantadores melones de Morrigan. La propia Morrigan empezó a gemir por el ligero cosquilleo que la lengua de Miyu el provocaba a su pezón. Movió su mano derecha hasta su entrepierna y la abrió de un tirón exponiendo su húmedo y jugoso coño. Empezó a meter sus dedos en el mojado coño de pelo marrón provocando que mucho líquido preeyaculatorio empezara a salir.
“Oh~ ¿Te ha dicho alguien alguna vez que eres una ricura?”
“¿¡Eh!?”
Miyu liberó sus labios del pecho de Morrigan cuando se le hizo la pregunta.
“Y-yo… ¿Quizá? No presto atención a ese tipo de comentarios.”
“¡Jejeje~! Bueno, tienes que tomártelo con algo de filosofía.”
“¿P-porqué?”
“Bueno para empezar-” Morrigan se mueve su mano izquierda hasta su espalda y levanta la prenda exponiendo más de la rajita mojada de Miyu. “¡Tu preciosa florecilla ha estado pidiendo mi atención desde que llegaste! Puedo oler tu dulce feminidad, llamándome, rogándome para que satisfaga sus anhelos.”
Miyu miró abajo a sus partes privadas expuestas, chorreando río de jugos de amor de vampira.
Para su sorpresa, la mano pegajose de Morrigan sostuvieron su barbilla de nuevo, levantando su cabeza hasta que las dos hicieron contacto visual directo. Morrigan soltó su mano de la barbilla de Miyu y le enseñó su mano cubierta en miel de señorita.
“¿Te apetece darle una probada, mi gatita?”
Miyu se sonrojó al oír la pregunta de Morrigan. Sin ni siquiera responder, abrió su boca y empezó a chupar calientemente los empapados dedos. Miyu usó su lengua para chupar cada gota de jugo de coño de los dedos ofrecidos de Morrigan.
“Este sabor… esta textura… el olor. ¿Porqué no me canso de esto?” Miyu pensó para sí misma sin poder contenerse.
Morrigan sacó los dedos de la boca de Miyu, dejando unos largos, densos y pegajosos hilos de saliva conectando su mano con los labios de Miyu.
“¿Te gusta eso, mi gatita?”
“S-… Sí, Morrigan-sama.”
Morrigan formó una sonrisa seductiva mientras ponía sus dos manos en la cintura de Miyu.
“Bien~ Porque-” Le dio la vuelta al cuerpo de Miyu mientras la sujetaba su cuerpo.
Miyu soltó un ligero chillido por el volteo que las traviesas manos de Morrigan le dieron a su cuerpo. Miyu se dio cuenta de que su cara estaba extremadamente cerca de los labios inferiores de Morrigan.
“Quiero comerte para cenar. Te ha estado esperando todo el día,” Morrigan siseó mientras contemplaba deseosamente la peluda cueva del tesoro de Miyu, la cual estaba soltando líquido otra vez.
Los ojos de Miyu brillaban, su cara se volvía cada vez más roja, completamente embelesada con la oportunidad de comerse el choto de su amante. Lentamente sacó su lengua y dio un tentativo movimiento al erecto clítoris de Morrigan. Miyu saboreó un poquito del jugo el cual salía. Sus labios salivaban mientras succionaba su boca entera por el coño jugoso de Morrigan, chupando los jugos con ansia.
“Así que esto es lo que hace que la gente se sienta atraída a las súcubos y quieran tener sexo con ellas. ¡Ahora estoy adicta a la miel orgásmica de Morrigan-sama! Estoy… conforme con eso ahora.”
Morrigan soltó una risilla mientras empezaba a comerse el coñito de Miyu también. El calor de la noche, mezclado con la erótica atmósfera, las puso incluso más cachondas. Morrigan fue más allá para detenerse a lamer el ano de la princesa vampiro también. Esto causó que Miyu diera un chillido en voz alta, aunque siguió comiendo el coño de su amante.
Miyu movió sus manos alrededor de las caderas de Morrigan y puso sus manos por todo el musculoso culo. Tiró del leotardo, rompiendo la tela alrededor de la entrepierna de Morrigan incluso más, hasta que los rompió del todo para dale a Miyu acceso al ano de Morrigan. Miyu frotó su dedo corazón en el coño para recoger algunos jugos de amor de Morrigan antes de frotar dichos jugos alrededor de la superficie del choco-agujero de Morrigan.
Morrigan gimió pero eso no detuvo sus asistencias, ya que quería ver lo lejos que podía llegar Miyu. De pronto, Miyu empujó su dedo profundamente en el caliente recto.
“¡OOOooohhhhhhhH~! ¡Sí! ¡Eso es, mi gatita!”
Morrigan puso ambas manos en las nalgas de Miyu. Las separó para tener una vista completa del ano de Miyu. Usando sus pulgares, separó su arrugado y apretado agujero y empujó su húmeda lengua profundamente en el marrón agujero.
Los ojos de Miyu se abrieron al sentir la lengua de su amante dentro de ella. Empezó a jadear fuertemente por las acciones que había estado recibiendo en sus partes bajas. Temiendo que Morrigan parara si no seguía dándole placer, Miyu rápidamente empezó a chupar su clítoris y usar su lengua también. Ambas chicas gemían fuertemente hasta el punto de que no les importaba si había gente cerca que las escuchara. Morrigan sintió un poco de la corrida de Miyu salir ligeramente desde su barbilla hasta sus tetas, con los jugos de amor de Morrigan saliendo más también y bajando por sus muslos. Soltó una reductiva risa para que Miyu la escuchara.
“¡Oh Miyu, ahora es el momento de darte una probadita del tipo de éxtasis que un orgasmo produce!” Morrigan pensó mientras levantaba sus manos. Empezaron a brillar un poquito por sus poderes de súcubo. En un instante, rápidamente azotó las nalgas de Miyu. La energía de sus manos mandó pulsos de energía sexual que recorrieron todo el cuerpo de Miyu hasta sus nervios.
En un visto y no visto, Miyu soltó sus labios del clítoris de Morrigan para soltar un tremendo aullido de placer. Se corrió masivamente en el cuello y pecho de Morrigan. Morrigan gimió fuertemente, con su lengua aún en la retaguardia de Miyu, mientras se corría hacia el cielo y el suelo de la iglesia. El orgasmo abrumó a Miyu hasta el punto de que casi se desmaya. Mientras perdía agarre, Morrigan echó su cara atrás y agarró su cintura.
“No te preocupes mi niña. ¡Yo te tengo!”
Morrigan usó sus alas para levitar de vuelta al sólido tejado de la iglesia. Mientras sus pies tocaban el suelo, Morrigan rápidamente se movió frente a Miyu para que su cara se diera con sus tetas a propósito. Miyu siguió jadeando fuertemente mientras sus manos tocaban los pechos de Morrigan para mantener el equilibrio.
“Así que, ¿cómo ha sido tu primer orgasmo sexual real fuera de un combate?”
“Ha… Ha-”
Cuando Miyu recuperó el aliento, miró a Morrigan haciendo un puchero a medias.
“¡H-has hecho trampas! ¡Has usado tu magia para que me corra OTRA VEZ!”
Morrigan se rio sabiendo que la habían pillado infraganti.
“Vale. Me has pillado. La he usado…” Morrigan inclinó su cara más cerca de Miyu viéndola aún sonrojada. “¿Pero lo querías verdad?”
Miyu intentó refutarle la afirmación, pero sabía lo mucho que realmente quería correrse. La expresión de Miyu cambió de medio enfadada a avergonzada.
Soltó un gran suspiro y dijo, “… Sí quería…”
“Sabía que sí, so zorrilla.”
Con el viento soplando suavemente soplando por el cielo nocturno, y sus cuerpos medio desnudos, Miyu mantuvo su cuerpo cerca del de Morrigan. Conforme pasaba el tiempo, Miyu miraba a Morrigan.
“M-Morrigan-sama… ¿Te puedo preguntar algo?”
“¿Hmm~?”
“Si… Q-quiero decir cuando tengas que volver a tu mundo… ¿Te volveré a ver alguna vez?”
Morrigan sonrió mientras usaba su mano para peinar suavemente el pelo de Miyu. “Oooo~ ¿Quieres ser mi esclava personal y seguirme?”
“No arruines el momento. Quiero decir si podríamos seguir siendo… amigas.”
Antes de que pudiera esperar a que respondiera, Miyu tragó saliva y siguió con su pregunta.
“O… quizá si fueras a volver… podríamos ser… algo más que eso incluso?”
Morrigan se inclinó cerca con una sonrisa en su cara mirando directamente a los ojos de Miyu.
“Veré lo que puedo hacer, gatita mía.”
Se inclinó del todo para darle a su amante un húmedo beso romántico.
Los ojos de Miyu se abrieron de sorpresa. Cerró sus manos y las envolvió alrededor de la cintura de Morrigan mientras aceptaban celebrar lo que había florecido esa noche en esperanzas de hacer mucho el amor en el futuro.
- EL FIN -
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