Namco y Capcom Vs Bellezas del Anime - Noviembre 2020
Hibiki y Kanade x Ki- En Español


Escondido en el centro de la ciudad musical de Kanon se encontraba la Academia Privada Aria. Era un instituto conocido por la participación de alumnos académicos que tenía en todas las materias, sobre todo en el ámbito de humanidades. Aunque no era conocido por el público, también era la escuela de tres poderosas guerreras Precure. Sin embargo, su tarea actual era cobijar a una extranjera de otro mundo.

La joven extranjera, Ki, estaba sola en una de las aulas de música. Llevaba su túnica de combate desde que llegó a este mundo. Ki se arrodilló y cerró las manos juntas mientras el sol entraba por la ventana. Sus ojos estaban cerrados mientras rezaba a los dioses con la esperanza de que pudieran oír su mensaje.

“Oh, Diosa de la luz... Por favor procura que mis amigos y aliados en mi mundo estén a salvo, puesto que no puedo estar ahí para ayudarlos ahora.”

Mientras Ki rezaba, dos de las guerreras Precure estaban fuera del aula mirando dentro. Minamino Kanade y Hojo Hibiki se habían autoasignado la tarea de vigilarla para asegurarse de que Noise, una fuerza oculta de la oscuridad que buscaba destruir el mágico mundo de Major Land y nuestro mundo también, no la capturara. Notaron que Ki rara vez salía de las instalaciones del instituto o su dormitorio del campus. Parecía pasar la mayoría de su tiempo en el aula de música extra, rezando cuatro veces al día. Sus oraciones solían durar unos quince minutos antes de que acabara y descansara en silenciosa meditación. El hecho de que no hubiera hecho prácticamente nada desde que llegó a la escuela tenía a Hibiki y a Kanade preocupadas.

“¿Cuánto tiempo lleva Ki con esta rutina suya, Kanade?”

“Dos semanas por lo menos, Hibiki,” Kanade le susurró.

Ambas miraron a Ki, que seguía arrodillada y rezando.

“¿Está comiendo algo aunque sea? Es que, con las tareas que tenemos en clase y protegiendo la ciudad, a veces se me olvida comprobar si Ki se recibe sus comidas diarias.”

Kanade le sonrió y respondió, “No te preocupes. Le he pedido a Souta que le traiga a Ki sus comidas cada día.”

“¿Tu hermanito se encarga de la comida?” Hibiki preguntó desconfiada.

Kanade se encogió de hombros en respuesta a la pregunta de Hibiki.

“Espera…. qué piensa Ki de todo esto,” Hibiki preguntó, preocupada de que su hermano pequeño estuviera demasiado cerca de la verdad. “¿Segura que no le contará a nadie acerca de ella?”

“No pasa nada. Él sólo piensa que es una estudiante de intercambio interesante de un país exótico. Se ha portado muy bien de momento. De hecho, a ella parece caerle bien.”

“Ooohhhhh... Entonces supongo que es un chaval bastante guay después de todo.”

“Además…. ” Kanade dio un gran suspiro antes de continuar. “Souta estaba rogándome de rodillas hacer este trabajo. Seguro que le parece mona, ¡espero que Ako no se ponga celosa!”

Hibiki dio una risilla, imaginando exactamente cómo Souta le hubiera suplicado a Kanade y de pensar en la adorable cara de celos de Ako.

Tanto Hibiki como Kanade se apartaron un poco de la puerta, para que no ser vistas por Ki. Estaban en silencio mientras reflexionaban.

“Hibiki...”

“¿Sí?”

“Sobre lo que nos dijo Ki... de que era de otro mundo… ¿Estás segura de que no es una espía de Major Land?”

Antes de que pudiera responder, la mente de Hibiki volvió a cuando la conocieron.

Hace dos semanas, Hibiki y sus amigas estaban luchando contra unos esbirros de Noise. Los enemigos eran duros, pero presentían que podían ganar. Mientras luchaban, las guerreras precure vieron un rayo ser lanzado entre ellas y golpear a los enemigos. Pudieron ver a Ki en el suelo portando un cetro mágico. Cuando los secuaces de Noise la vieron, se lanzaron a atacarla. Usando su magia, ella dominó los elementos del rayo, el fuego y el viento para derrotar al Trio de Minor. Hibiki y Kanade se unieron con Ki enseguida, viéndola como una aliada en la batalla, tras lo cual, ella conjuró un hechizo para hacer la magia de ambas el doble de fuerte. Las chicas les patearon el trasero a los monstruos de Negatone y ahuyentaron a los secuaces -al menos de momento.

De vuelta al presente, Hibiki respondió a Kanade.

“No... no lo creo. ¿Recuerda que la Reina Afrodita nos dijo cuando Ako la informó?

“Por supuesto que sí. Dijo que sus poderes no provenían ni de Major ni Minor Land, pero también mencionó que debería ser protegida, puesto que Noise esté muy interesado en sus habilidades ahora.”

Hibiki asintió con la cabeza mientras Kanade hablaba. Miró a Ki de nuevo con una ligera cara de preocupación.

“¿Se tiene que quedar Ki siempre aquí, Kanade? Es que… mírala. Seguro que no es feliz.”

Kanade miró de nuevo en la habitación para ver a Ki, quien seguía rezando. Tenía cara de preocupación también.

“Podríamos llevarla a ver la ciudad. ¡Enseñémosle algunos de nuestros lugares favoritos! ¡Seguro que eso la pondrá muy contenta!”

Kanade miró a Hibiki y puso su dedo índice en sus labios.

“Hibiki... no sé yo… ojalá pudiéramos hacer eso, pero ella insiste en estar aquí y esperar.” Kanade quitó el dedo de los labios de Hibiki y envolvió sus brazos sobre sí misma. “Por no mencionar que me preocupa que sus enemigos pudieran teletransportarse a Kanon y causar más caos y destrucción. Debemos asegurar a Ki por ella misma, pero también en caso de que necesitemos su ayuda al combatir contra su enemigo.”

“Ah cierto.” Hibiki suspiró y se rascó la cabeza. “La forma en que Ki describió a ese tal Druaga, me tiene preocupada…”

Amabas recordaron lo que Ki les contó. Los detalles de lo demoníaco que era Druaga, comparable en poder a lo que parecía que podía hacer Noise. El simpe hecho de que él podía transformar a la gente en piedra también les hizo suspirar de exasperación.

Hibiki se agitó para volver a la realidad y miró a Kanade.

“¡Pero eso no va a pasar! Defenderemos Kanon de Noise y cualquier malo cómo él. Porque somos un equipo, y Ki ahora es parte de nuestro equipo.”

Kanade miró a Hibiki con lago de sorpresa a la par que confusa. “¿Sí que eres rápida añadiendo chicas guapas a nuestro equipo, eh?”

“¡¿EY FUNCIO-” Kanade escuchó a Hibiki alzar el tono hasta el punto que ya no susurraba. Puso rápidamente su mano en la boca de Hibiki y la mandó callar.

Ya era demasiado tarde. Ki salió de su trance de oración y escuchó ruidos detrás de la puerta. Giró rápidamente la cabeza para encarar la puerta.

“¿Hay alguien ahí?” preguntó.

Hibiki y Kanade tragaron saliva y entonces asomaron sus cabezas por la pequeña ranura de la puerta para mirarla.

“E-ey, Ki,” Hibiki dijo nerviosa.

“¡Oh hola chicas! ¿Qué estáis haciendo?”

“¡N-nada! Estábamos… estábamos por aquí y queríamos asegurarnos de que estabas bien, Ki,” respondió Kanade.

KI sonrió viendo que las chicas se acercaban a dónde estaba. Entonces dio unos toquecitos al suelo junto a ella “Ya veo ¿Os gustaría venir y sentaros junto a mí chicas?”

Hibiki y Kanade se miraron la una a la otra sorprendidas.

“Oh nononono, o-o sea-”

“Volveremos en unos minutos, Ki. Sólo vamos a comprobar que no hay gente sospechosa cerca.”

Ki se fió de Kanade acerca de lo que ella e Hibiki iban a hacer.

Ella sonrió y dijo, “De acuerdo. Cuando acabéis, las dos podéis volver.”

“¡Vale!” ambas chicas dijeron al unísono.

Ki volvió a sus oraciones para acabarlas, mientras que las chicas se alejaban de la puerta y caminaban hacia el final del pasillo.

“¡Por muy poco!” Hibiki susurró.

“Ya. ¿¡No puedes controlar tu boca, Hibiki!?” Kanade susurró también.

“Lo siento. Me dejé llevar por el momento, ¿vale?”

Kanade suspiró y se rascó la cabeza. Los ojos de Hibiki se abrieron cuando se le vino un pensamiento a la cabeza.

“¡Kanade! Sé de algo que animará a Ki un montón.”

“¿Qué quieres decir? Parecía bastante contenta cuando le echamos un vistazo.”

“Bueno~ esto garantizará que está cien por cien contenta.”

Hibiki abrió su mochila y estaba escarbando entre su material escolar buscando algo. Kanade se quedó plantada intrigada por lo que estaba buscando Hibiki. Conforme iba escarbando más profundo en la mochila, podía sentir una botella de medicina de plástico. Hibiki sonrió y dio una risilla. Sacó la botella para enseñársela a Kanade.

“¡TACHÁN~! ¡Estas increíbles gominolas pondrán una gran sonrisa en la cara de Ki!”

Kanade estaba impactada y algo paralizada. Por lo que podía ver, sólo vio la etiqueta de las instrucciones mientras observaba el colorido envoltorio que cubría la botella.

“Emmm…. Hibiki, ¿de dónde has sacado esto?”

“Ako-chan.”

“Espera... ¿Porqué te daría esta botella a ti?”

“No sé. Sólo me dio la botella y dijo que la guardara bien.”

“Bueno, ¿pues le has preguntado porqué la está regalando en primer lugar?”

“Lo intenté, pero ella simplemente gritó algo sobre lo pervertida que era Elle, se sonrojó y entonces me gritó que lo ‘guardara’.”

Kanade sospechaba de porqué Ako querría librarse tan rápido de una simple botella de gominolas que le dio su vieja amiga. Pero creyó que si venía de su amiga Ellen, debía ser inofensiva y no pensó más en ello.

“Vale. Entonces supongo que está bien.”

“¡Absolutamente! ¡Ahora~ vayamos a ver a Ki!”

Las chicas caminaron de vuelta al aula de música. Hibiki abrió la puerta y vio que Ki ya no estaba arrodillada. Estaba de pie y recibió a las dos chicas.

“Hola, Hibiki y Kanade.”

“¡Hola Ki!” ambas chicas dijeron al unísono de nuevo.

“Así queeee~” la mente de Hibiki se quedó en blanco y no supo que decir.

Ki tenía una mirada dudosa en la cara. Estaba a Hibiki sudar un poco y tenía curiosidad de porqué. “Eemmm-”

“¿Qué tal tu sesión de rezos de hoy, Ki?”

“¡Oh! Ha ido bien. Gracias por preguntar, Kanade.”

“Oye Ki, ¿¡te apetece una gominola!?”

Ki fue sorprendida por el intento de pregunta de Hibiki. “¿Una qué?”

“Una gominola. Es como un caramelo suave y correoso.”

“Oh…. bueno, vale”

Ki levantó la mano hacia Hibiki, quien agarró la botella con la mano y la agitó para sacar una gominola. Una gominola rosa cayó en la mano de Hibiki. Ella le entregó la gominola a Ki.

“Gracias, Hibiki,” dijo con una sonrisa.

“De nada.” Ki tomó la chuche y se la puso en la boca. Empezó a mascarla y podía sentir una textura cremosa salir de la gominola. Gimió un poquito de lo buena que estaba la chuche. Hibiki y Kanade sonrieron de gozo por la expresión de Ki.

Entonces Kanade pudo ver mejor la etiqueta de la botella, esta vez tomándose el tiempo para leerla. De repente su sonrisa se cayó y su cara pasó a color carmesí.

“¡¡H-HIBIKI!!” Agarró el brazo de su amiga y la arrastró fuera de la sala, dejando a KI sola. Ki se preguntaba un poco que pasaba con las dos chicas, pero pronto s distrajo por el dulce sabor de la gominola.

Fuera en el pasillo, Kanade estaba intentando recuperar el aliento, mientras Hibiki se quedó confusa ante su reacción.

“¿Qué mosca te ha picado?”

“Hibiki... ¿¡Te has molestado en leer la maldita etiqueta de la botella que te dio Ako!?” Dijo con un susurro alto.

“¡NO! ¡Pero tú tampoco!”

“¿Qué maldita excusa es esa? ¡Yo no le he dado esas drogas pervertidas!”

“¿Qué quieres decir con – drogas pervertidas?”

Kanade agarró la botella de la mano de Hibiki y se giró la botella para enseñarle a Hibiki la etiqueta frontal. En el frente de la botella había un precioso dibujo de una mujer adulta en lencería gimiendo. Entonces enseñó un símbolo de más con una botella de leche junto a ella. Esto era seguido por un signo de igual que terminaba con un gran símbolo de corazón dibujado. Bajo estos dibujos habían algunas palabras escritas en Kanji, que se podrían traducir en, “Gominolas lácteas, sexys y placenteras.”

Hibiki siguió mirando a la botella sin inmutarse por lo que leía.

“Entonceees~ Es un rico caramelo de leche…. ¿Cuál es el problema con eso?”

Fuera en el pasillo, Kanade estaba intentando recuperar el aliento, mientras Hibiki se quedó confusa ante su reacción.

Miró a su izquierda y derecha y entonces se inclinó hacia el oído de Hibiki. “Cachonda.”

La cara de Hibiki se puso roja y se echó atrás de los que dijo Kanade.

“CACHON-”

Hibiki se dio cuenta de que estaba subiendo el tono y rápidamente se cubrió la boca para calmarse.

Entonces se miraron la una a la otra a los ojos nerviosas...

“Espera... entonces… Ellen dio estas…”

Hibiki comenzó.

“Sí…”

“A Ako...”

“Ajá...”

“Quien pasa todo el día con tu hermano pequeño…”

“Si aprecias la integridad de tu tórax, no vas a continuar con eso...”

“Sí que es una pervertida Ellen...” Hibiki susurró.

“Pronto se va a quedar castrada...” Kanade juró, apretando la botella más fuerte con sus manos…

Un sonido del aula, sin embargo, las trajo de vuelta a su tarea actual.

Ambas chicas volvieron hasta la puerta y vieron a Ki esperando pacientemente a que volvieran. “Parece que está bien, Kanade.”

“Supongo que tienes razón. Pero será mejor quedarse más tiempo, para estar seguras.”

“V-vale.”

Ambas chicas entraron de vuelta al aula de música. Ki las miró y sonrió viéndolas volver.

“Hola chicas. ¿Qué pasaba antes?”

“¿Antes?”

“Agarraste a Hibiki y saliste corriendo del aula con ella, Kanade.”

“¿Oh eso~? Bueno… Yo-…. Tenía que ir al baño y necesitaba que ella me escoltara.”

Ki parecía algo sorprendida al mismo tiempo que miraba a Hibiki. “Es eso cierto.”

Hibiki se mordía el labio nerviosa y asintió.

“Ah, pues vale.”

“Ey Ki, ¿porqué no tocas una melodía para nosotras? Nunca te he escuchado tocar.” Hibiki le preguntó.

“En realidad, eso es porque….. nunca he aprendido de música, siempre me he enfocado en estudiar magia.” Ki dio una suave risilla mientras se rascaba la cara gentilmente.

“Ah, no pasa nada. ¡E…. ey! Yo te puedo enseñar a tocar si quieres.”

“¿Lo harías?”.

“¡Por supuesto!” Kanade añadió. “Ella lleva tocando toda la vida. Seguro que puede enseñarte… si quieres intentarlo.”

“¡Claro~!

Ki fue hasta donde estaba el piano. Se sentó en la silla y se deslizó más cerca de las teclas del piano. Hibiki se acercó y empezó a enseñarle a Ki las bases de tocar el piano. Mientras tanto Kanade se quedó junto a la puerta para estar alerta en caso de que alguien viniera.

“Vale, aquí deberías reposar las manos al empezar.”

Hibiki sujetó las manos de Ki gentilmente y las guió a las teclas correctas. Ki se sonrojó un poco y sonrió en respuesta.

“Aquí está la tecla del re, y aquí está la tecla del la-”

Kanade estaba vigilando atentamente a las dos, pero no vio ninguno de los efectos secundarios afectar a Ki. Suspiró aliviada, relajándose mientras observaba a Hibiki continuar con su tutela musical.

“¿Estás lista para tu primera canción, Ki?”

“No, pero estoy dispuesta a intentarlo aunque sea.”

Ambas chicas rieron antes de empezar con la primera canción.

“Vamos a hacer una canción muy básica. Va a ser el ‘Cumpleaños Feliz’.”

Ki movió quitó las manos del piano mientras Hibiki comenzaba su demostración. Entonces Hibiki empezó a tocar la canción muy lentamente para que Ki pudiera acordarse fácilmente la posición de las teclas y el ritmo con el que tenía que tocarlas.

Cuando Hibiki acabó su primer recorrido, se inclinó hacia atrás y sonrió, “Tu turno, chavalina.”

“Vale.”

Ki puso sus manos en las teclas y empezó a tocar la canción. Lo hacía muy bien para ser su primera vez. Hibiki y Kanade estaban impresionadas. Justo antes de acabar la canción, Ki tocó accidentalmente las teclas incorrectas. Ki se sonrojó y tocó sus labios con su mano.

“Ups. He tocado la tecla que no era sin querer, ¿verdad, Hibiki?”

Hibiki sonrió y respondió, “No pasa nada. Lo estás haciendo muy bien para no haber tocado un instrumento musical nunca antes.”

“Quiero intentarlo de nuevo, si te parece bien.”

“¡Claro! ¡A por ello, Ki!” Hibiki asintió.

Sonrió y tocó el ‘Cumpleaños Feliz’ otra vez desde el principio. Sin embargo, a mitad de canción empezó a fallar todas las notas. La cara de Ki se estaba sonrojando y empezó a jadear lentamente.

“Yo-” Ki tragó saliva y empezó a hablar otra vez. “Disculpa, f-fallo mío. Lo intentaré de nuevo.”

“¿Estás segura, Ki?” Hibiki se veía algo preocupada por ella.

Ki le miró con una sonrisa en la cara. “Estoy segura.”

Sus manos estaban temblando lentamente y cuando puso las manos en el piano, volvió a tocar las teclas equivocadas de nuevo.

Ki empezó a jadear más y más. Sus piernas empezaron a amedrentarse y entonces envolvió sus brazos alrededor de su pecho.

“C-chicas…. Yo…. Yo-”

Ki estaba a punto de caerse, pero Hibiki la pilló rápidamente.

“¡KI!” Gritaron Hibiki y Kanade.

Kanade corrió al lado de Ki mientras Hibiki agarraba su cintura.

“Chicas…. Yo…. Me siento tan caliente. Necesito… Necesito…”

Miró a Hibiki a los ojos. Hibiki podía ver que los ojos de Ki estaban llenos de pasión y deseo.

Hibiki sintió la pasión de Ki… y era incapaz de no sentir lo mismo, siendo Ki tan bella.

“Lo entiendo, Ki.”

Movió sus manos de la cintura de Ki hasta sus pechos y empezó a masajearlos. Ki empezó a gemir fuertemente mientras sentía las manos de Hibiki manoseando sus pechos.

“¡H-hibiki, serás pervertida!” Kanade gritó.

“¡Mira, Ki está en un estado vulnerable! Tenemos que calmar sus deseos, ¿comprendes?”

Kanade estaba impactada de oírle decir esto, pero ella sabía también que la única manera de que los efectos secundarios de la gominola se pasaran era ayudar a Ki a perder su celo.

Suspiró y se cruzó de brazos, “Vale, los pillo. Sólo… hagámoslo rápido.”

Kanade caminó hacia las chicas, y se movió en frente de la silla en la que estaba Ki. Tan pronto como Ki fue alejada del piano, Kanade se arrodilló frente a Ki mientras Hibiki estaba de pie detrás de ella. Hibiki siguió manoseando suavemente los pechos de Ki, mientras Kanade empezó a besar gentilmente los maravillosos muslos expuestos de la chica de arriba abajo. Ki estaba sobrepasada por el placer y puso su mano gentilmente detrás de la cabeza de Kanade, poniendo la otra en el muslo de Hibiki. Ki miró por encima de su hombro a Hibiki con un deseo ardiente en la mirada. Hibiki estaba sonrojada por mirarla a los ojos también. Ki se inclinó para acercarse a sus labios queriendo besarlos con locura. Instintivamente, ella se inclinó y empezó a besar a Ki. Hibiki podía sentir la suavidad de sus labios tocando los suyos mientras seguían besándose. Kanade miró arriba y dio un suave grito ahogado. Sintiéndose apartada, abrió las piernas de Ki más para exponer sus braguitas. Se inclinó y empezó a besar sus braguitas por todas partes. Sabía dónde estaba el clítoris de Ki y empezó a besar esa área de las braguitas.

Ki estaba gimiendo más y más alto mientras las chicas le daban placer a su cuerpo. Empezó a insertar su lengua en la boca de Hibiki. Ella se quedó tan sorprendida, que Hibiki agarró gentilmente su cabeza y empezó a usar su lengua también. Tras un rato, Hibiki se echó atrás y un hilo de saliva conectó sus lenguas.

“Oh Ki~” Dijo mientras quitaba un poco de saliva de los labios de Ki. “Eres realmente preciosa, ¿lo sabías?”

“Hibiki…. Yo…. Yo-”

“Shhhh~ No hace falta que hables.”

Guió su mano hacia el botón de la parte superior del vestido de Ki. Lo desabrochó y lo abrió exponiendo sus magníficos pechos. La gominola estaba teniendo un efecto tan fuerte que incluso sus pezones estaban erectos por completo.

Hibiki dio un grito ahogado y sopló suavemente los bultos rosaditos. “Vaya~ vaya~ Tus pechos son tan adorables como tu cara.”

“¡Ah~!” Ki liberó sus manos y se cubrió sus pechos expuestos mientras estaba más roja que nunca.

“¿Qué pasa, Ki?” Hibiki le preguntó.

“Es solo que…. Mis pechos no son tan bonitos.”

“¿¡ME estás de BROMEANDO!? ¡Ey, Kanade!”

Kanade miró arriba, mientras Ki seguía cubriendo su pecho con sus brazos.

“¿Sí, Hibiki?”

“Necesito tu opinión profesional.” Hibiki retiró los brazos de Ki de su pecho. Kanade pudo ver sus tentadores pechos y pezones. “¿No estás de acuerdo en que los pechos de Ki son increíblemente magníficos?”

Kanabe tragó saliva y dijo tartamudeando, “Emm…. s-sí.”

“Ves, tus pechos son asombrosos, Ki.” La adolescente de pelo naranja agarró los preciosos pechos y empezó a mover sus palmas sobre ellos con movimiento circular. “Ey, Kanade-chan… ¿Quieres darles una probada?”

Tanto Kanade como Ki dieron un grito ahogado. Sin embargo, al ver el hermoso cuerpo de su nueva amiga, la chica rubia no hubiera podido contenerse ni queriendo. Se inclinó adelante y tomó uno de los suculentos pezones de Ki en sus temblorosos labios… Sin responder a Kanade se inclinó hacia el pecho de Ki mientras ponía sus manos en sus muslos. Abrió su boca y empezó a chupar de su pezón derecho. Ki empezó a gemir fuertemente.

Mientras ella miraba a Kanade, Hibiki tenía una mirada de diablilla en la cara y empezó a apretar sus pechos. Ki gimió alto, sin embargo, Kanade fue pillada por sorpresa porque podía sentir una pequeña cantidad de leche salir del pecho hasta su boca.

Ki miró abajo y vio a la leche salir de sus pechos también.

Lentamente recuperó el sentido y preguntó, “¿¡P-porqué estoy produciendo leche!? No estoy embarazada.”

Hibiki y Kanade se quedaron congeladas y se veían muy nerviosas.

“Hibiki, Kanade, ¿qué está pasando?” Ki dijo mientras miraba frenéticamente a las dos.

Kanade alejó su cabeza del pezón de Ki mostrando un hilo de leche conectando su boca ligeramente abierta con la punta de su pezón. Dio un gran trago con la leche en su boca para explicarle la situación a Ki.

“Bueno… Verás-”

“Es por mi culpa, Ki.”

Kanade y Ki miraron a Hibiki impactadas.

“La gominola que te di. Era una gominola de lactancia que también hace a la fémina que se lo tome esté muy cachonda.”

“¿P-porqué me darías ese a mí, Hibiki?”

“Fue por accidente. No era mi intención, Ki. No lo sabía hasta que Kanade lo vio pero ahí ya era demasiado tarde… Además-” Hibiki empezó a fruncir el ceño por lo que iba a decirle. “Kanade y yo hemos notado que has estado tú aquí sola la mayoría del tiempo, y parecías molesta por no estar con tus amigos en tu mundo…. Y queríamos alegrarte de cualquier forma que pudiéramos.”

Ki miró a Kanade quien también estaba con el ceño fruncido. “Es cierto, Ki.”

“Chicas…”

Ki alcanzó a Kanade y la acercó a ella gentilmente. También agarró la cabeza de Hibiki con usó otra mano y la acercó con gentileza también. Les dio a las dos un amoroso abrazo que dejo a ambas chicas sorprendidas.

Ki sonrió y dijo, “Me alegro de que ambas me dijerais la verdad. Me preocupaba que uno de vuestros enemigos me arrastrara aquí y me fuera a tender una emboscada. Ahora sabiendo que fue sólo un accidente, me disipa las preocupaciones.”

Tanto Hibiki como Kanade sonrieron con júbilo al oír lo que dijo.

Hibiki irrumpió, “Entonces, incluso con tus pechos lactantes, ¿te parece bien esto?”

“B-” antes de que Ki pudiera hablar se puso más roja y tragó saliva. “B-bueno…. pensaba que me habías dejado embarazada. Por eso estaba como loca hace un rato.”

Tanto Hibiki como Kanade dieron una risilla por su afirmación mientras también se sentían aliviadas. Kanade no pudo resistirse a ver que el otro pezón de Ki seguía sacando leche. Tenía una mirada deseosa y se acercó a su otro pecho. Besó el lechoso pezón de Ki y entonces comenzó a chuparlo para beber más leche.

Ki dio un grito ahogado de placer y Hibiki volvió a su mirada seductiva al sentir que el cuerpo de Ki pedía más placer. Puso su mano en las braguitas de Ki y pudo sentir que se estaban empapando muchísimo.

“Ey Kanade~”

“¿Hmmm~?” Miró a Hibiki y a Ki a la cara con una adorable expresión de duda en la cara.

“Creo que nuestra amiga se está emocionando~”

Entonces puso su mano derecha en el lado derecho de las braguitas de Ki. Entonces empezó a apartar las braguitas. El ligero toque de los dedos de Hibiki rozando su coño hizo que su conejito temblara. Pronto un poco de sus jugos de amor empezaron a salir.

“¿Te gustaría probarla y ver si sus jugos vaginales saben tan bien como su leche?”

Kanade asintió y sacó sus labios del pezón de Ki. Tragó la leche y se puso de rodillas para ver la preciosa florecilla húmeda de Ki. Kanade estaba asombrada por lo que vio. El aroma de la rajita de Ki la atraía más y más cerca. Pronto sacó la lengua y empezó a lamer su coño.

Ki empezó a gemir alto de nuevo. Hibiki decidió apretar y pellizcar su pezón izquierdo para que saliera leche. Mientras ordeñaba en pecho izquierdo de Ki, entonces Hibiki empezó a lamer la parte de atrás de su oreja. Conforme Ki seguía gimiendo, Kanade no podía resistirse a jugar con su coño y empezó a meterse los dedos. Ki comenzó a jadear más y más mientras sentía la lengua de Kanade entrar en su conejito.

“C-chicas… Me voy… Me voy-”

“¿A correr? Hazlo por favor, encantadora maga~” Hibiki gimió, mientras se inclinaba hacia su cuello otra vez y empezó a darle suaves besos en la oreja.

El placer era demasiado para Ki. Dio un gritito, seguido de una pequeña fuente de jugos de amor siendo disparados en la boca de Kanade.



(Click para ver la imagen completa)

Ki se apoyó en el cuerpo de Hibiki para recuperar el aliento. Kanade empezó a toser porque no estaba preparada para que se corriera tan pronto.

“¡Oh no! ¡Lo siento, Kanade!”

“Está b-” tosió otra vez antes de seguir con la frase. “Está bien, Ki,” dijo mientras le daba una gran sonrisa en respuesta.

“Jolín Kanade, no sabía que la corrida de Ki sería demasiado para ti.” Hibiki se rió por su mal chiste, mientras que a Kanade la dejó algo molesta y contestó bruscamente.

“¡Calla, Hibiki! ¿¡Que esta es mi primera vez, vale?!”

Ki miró a Hibiki y a Kanade. “Por la forma que os habláis, parece que sois pareja.”

Las dos se sonrojaron sobremanera por la afirmación de Ki.

Kanade se puso de pie de un salto y gritó, “¡Más quisieras, Ki!”

Hibiki la miró algo molesta por lo que dijo. Se alejó de Ki y se plantó también. “¿¡Que PRETENDES decir!?”

“¡Sabes exactamente lo que quiero decir! No hay manera de que yo pudiera... contigo.”

“¿Oh de verdad? ¿Entonces todas esas veces.. solas… sólo nosotras dos, cogidas de la mano… apoyando nuestras cabezas en el hombro de la otra? ¿¡Eso no significaba nada!?”

“B-bueno… no tienes que-”

“¡Pues entonces dime, Kanade! ¡Dime exactamente como-”

“¡PARAD!”

Kanade y Hibiki se detuvieron y miraron a Ki.

“Chicas, esto está muy mal. Sé lo mucho que os amáis la una a la otra. La forma en la que os miráis, os cogéis de la mano, siempre me ha dado mucha envidia lo que había entre vosotras. ¿Así que cuál es el problema, Kanade?”

Ella soltó un gran suspiro y le dijo a Ki y a Hibiki lo que sentía.

“Ki… sí… amo a Hibiki. Durante toda mi vida… pero siempre la veo mirando a otras chicas en el instituto, incluso a ti. Siento que no significo nada para ella de ese modo… que siempre voy a ser simplemente su amiga.”

Hibiki se acercó a Kanade frotando su mano en su mejilla. “Kanade…. Miro a otras chicas porque…. Bueno, siendo sincera, es por ti.”

“¿Qué? ¿Cómo funciona eso?”

“L-lo quiero decir es… Desde que nos volvimos más unidas, miraba a otras chicas preguntándome si mis sentimientos venían de que me parecían simplemente atractivas físicamente, o si realmente quería pasar mi vida entera con ellas.”

“¿Y?”

“Cuando veo a una chica, incluso a Ki, puede que tenga la necesidad de darme el lote con ella… Pero tú eres la única persona con la que quiero estar el resto de mi vida.”

Los ojos de Kanade se abrieron de par en par y empezó a llorar.

Ella abrazó a Kanade con fuerza y dijo, “G-gracias. Necesitaba oírte decir eso.”

Hibiki se quedó ahí en silencio y la abrazó fuertemente también.

Ki las miró con cara alegre. “Me alegro de que las dos hayáis podido solucionar esto.”

Ambas miraron a Ki, sonriéndole y haciéndole una V con los dedos.

“Siento que no podamos satisfacer tus sentimientos, ya que tu amante está en otro mundo.” Dijo Kanade.

La mirada de Hibiki se iluminó cuando Kanade acabó de hablarle a Ki. Kanade la miró confundida. “Emmm… ¿En qué piens-”

“¡Espera un segundo, Kanade!” Hibiki corrió hasta su mochila y estaba escarbando otra vez.

Ki y Kanade miraron a Hibiki se preguntaba qué estaba planeando. Tan pronto como su mano tocó el objeto que estaba buscando, Hibiki empezó a reír.

“¡Creo que puedo ser tu ‘hombre’ amante con ESTO!”

Sacó de un tirón el objeto de la bolsa para revelar lo que era. En su mano sostenía un dildo con cabezas en ambos lados. Ambas chicas se sonrojaron al verla teniéndolo en la mano.

Hibiki rasgó sus leggins y braguitas para proceder a ponerse una de las cabezas del dildo dentro de ella. Gimió suavemente al sentir el dildo entrar en su mojado coño. Caminó hasta donde estaba el asiento del piano y se quedó de pie frente a él. Agarró la otra cabeza del dildo y miró a Ki.

“¿Te gustaría chuparlo?”

Ki se sonrojó y tragó saliva. Caminó hasta el asiento y puso sólo las manos en el asiento. Sacó la lengua y empezó a lamer la otra cabeza del dildo. En tan solo unos instantes, ya tenía toda la boca cubriendo el dildo y empezó a chuparlo. Hibiki movió sus caderas adelante y atrás para dar la sensación de que Ki estaba haciéndole una mamada a una polla de verdad.

Kanade estaba observando la escena desde su punto de vista. Su corazón estaba acelerándose y quería ser parte de la acción. Viendo los genitales de Ki al aire la atrajo de nuevo. Puso sus manos en su trasero, mientras usaba sus dedos para bajarle las braguitas a Ki. Kanade pudo ver el alegre y palpitante agujero trasero de Ki. Su boca empezó a salivar y entonces comenzó a lamerle alrededor del ano. Ki estaba gimiendo más que nunca al sentir la lengua de Kanade en su trasero.

Hibiki agarró la cabeza de Ki gentilmente y empezó a empujarla hasta la mitad inferior del dildo. La podía oír atragantarse ligeramente, pero no hasta el punto de que necesitara aire.

Mientras tanto, Kanade abrió el ano de Ki, para ver una pequeña apertura. Escupió directamente en el pequeño agujero, entonces se chupó dos dedos. Usó sus dedos húmedos para masajear el clítoris de Ki, mientras empezaba a follar su ano con la lengua.

Se podían oír los gemidos de Ki mientras le hacía una mamada al dildo de Hibiki. Hibiki vio que su cuerpo empezaba a temblar y sabía que se iba a correr. Sacó su dildo suavemente de su boca y miró a Kanade.

“Espera.”

Kanade se paró y miró arriba a Hibiki.

“No quiero que nuestra amiga se corra tan pronto. Así.”

Hibiki agarró los hombros de Ki por ella y gentilmente la empujó abajo contra la silla, entonces le dio la vuelta. Después de un rato, Hibiki movió su cuerpo al punto justo del asiento para estar en frente de la vagina de Ki.

Sonrió y se acercó a ella y dijo suavemente. “Quiero que tu coño sea mío, Ki.”

Hibiki volvió a incorporarse y movió el dildo de arriba a abajo de su rajita. Ki jadeó y gimió con sus caderas empujando contra el dildo. Viendo a Ki actuar tan adorablemente, sujeto su dildo con firmeza y lentamente empezó a penetrar su apretado conejito. Una vez supo que la punta estaba completamente dentro, Hibiki agarró los muslos de Ki y le dio una rápida embestida pélvica. Ella dio un grito ahogado al sentir el dildo de Hibiki dentro de ella. Viendo a Ki sonrojarse y estar algo avergonzada hizo que la follara más fuerte a un ritmo medianamente rápido. Agarró los pechos de Ki los cuales seguían sacando leche a baja velocidad. Sin embargo, Hibiki los estrujó, y más leche empezó a ser expulsada de ellos. Ki miró a Kanade con su perspectiva estando al revés. No hizo nada mas que subir los brazos queriendo que Kanade se acercase.

Kanade se sonrojó mientras iba a dónde estaba Ki. Se quitó las braguitas pensando que sabía lo que Ki quería hacerle.

“Oh Ki~” dijo suavemente en voz alta.

Ki estaba siendo follada y le costaba hablar, pero tuvo un pequeño descanso para decir lo que quería decirle.

“Yo-…. También quiero probarte, Kanade.”

Kanade se sonrojó, sintiéndose honrada de que Ki quisiera comerle el coño. Separó sus piernas y caminó lo suficiente por encima de Ki como para estar a dos palmos de su cara. Ella agarró los muslos de Kanade con suavidad para apoyarse y empezó a besar su coño.

Kanade gimió fuertemente mientras levantaba su falda para que Hibiki pudiera ver cómo Ki le comía el coño. Ver a su crush ser comida por una bella chica hizo que follara a Ki incluso más. Comenzó a jadear tanto que empezaba a sonar como si gruñera. Ki gimió fuertemente, pero hacía lo mejor que podía por dar placer a Kanade. Entonces movió sus labios de la florecilla de Kanade a su chocorosco. Sintiendo los labios de Ki tocar su ano hizo que gimiera también. Mientras el trío continuaba, Hibiki y Kanade se miraron a los ojos.

Kanade grito con todas sus fuerzas, “¡TE AMO!”

Se inclinó y besó a Hibiki en los labios. En ese momento las tres chicas tuvieron una corrida masiva orgásmica.

Hibiki retrocedió, liberando el dildo del coño de Ki. Kanade retrocedió para ver cómo se sentía Ki. Estaba cubierta en chorros de leche de sus pezones, y las corridas de las dos chicas. Estaba jadeando más que Hibiki y Kanade juntas. Kanade se inclinó abajo y le dio un abrazo amoroso a Ki y la besó en la mejilla. “Muchas gracias, Ki”

“De nada,” dijo Ki mientras le devolvía el beso en la mejilla.

Hibiki caminó hasta la puerta y miró por las dos partes del pasillo. Seguían silenciosos y sin nadie alrededor. Entonces volvió a mirar al aula de música y cerró la puerta.

“Bueno, no hay nadie cerca así que estamos a salvo.”

Hubo un momento de incómodo silencio con las tres sonrojadas por lo que acababan de hacer.

Hibiki rió nerviosa y miró a ambas chicas. Estaba frotando el empapado dildo con una mano y tocando su mejilla con la otra.

“Entonceees~…. ¿Queréis otra ronda chicas? Y Ki, si te corres primero, te tienes que quedar en nuestro mundo – y unirte a nuestro matrimonio.”

Tanto Kanade como Ki estaban muy sonrojadas del ultimátum de Hibiki.

Tras unos segundos, ambas chicas cerraron los ojos y asintieron en aceptación y acuerdo.

- ¿EL FIN? -


Click here to go back to the main page!