Namco y Capcom Vs Bellezas del Anime - Febrero 2020
Xiaomu y Yayoi - En Español


Miyuki, Akane, Nao y Reika estaban en clase charlando juntas.

“¿Ne, cuando va a venir Yayoi a clase?” Se preguntaba Miyuki.

Nao sonrió, “Yayoi me dijo que había quedado con alguien en otra parte del insti.”

Pasamos a una de las oficinas del instituto. Allí se hallaba un pequeño montón de ropajes de estilo chino pertenecientes a una mujer adulta. Se podrían escuchar gemidos y vislumbrar la sombra de una mujer más mayor, si uno pudiera colarse dentro.

Dichas figuras pertenecían a las jóvenes amantes - Yayoi y Xiaomu. Yayoi iba con su uniforme escolar, mientras Xiaomu vestía solo su chaqueta, guantes y zapatos. Yayoi estaba lamiendo los rosaditos pezones de Xiaomu, que dejaban un largo hilo de saliva que conectaba su lengua con los pechos de Xiaomu.

“Oooo~ tu lengua se siente tan bien~ ¡Ahhhh~!” Xiaomu gritó mientras Yayoi empezaba a chupar sus pezones más apasionadamente. Xiaomu cerró los ojos e imaginó que Yayoi estaba bebiendo dulce leche de sus pechos.

Finalmente, Xiaomu apartó gentilmente la pequeña cabeza de Yayoi de sus pechos. Se escuchó un sonido de plop de sus labios siendo liberados del pezón de Xiaomu.

“Vale encanto, empecemos antes de que comience la próxima clase,” dijo Xiaomu.

Yayoi se apoyó sobre uno de los escritorios de la oficina con su trasero apuntando a Xiaomu.

“P-pero Xiaomu… ¿Crees que realmente deberíamos estar haciendo esto aquí? Nos podrían pillar.” Yayoi balbuceó nerviosa y sonrojada.

Sin embargo, Xiaomu simplemente se arrodilló, frotando ambas manos en las amplias y adorables nalgas de Yayoi. Ella suspiró apasionadamente a las braguitas en forma de corazón que tenía junto a su cara.

“¿Qué dices Yayoi? Que tengamos sexo aquí fue idea tuya, tontorrona chupachorros.”

“Lo sé…. Es solo que-“ Mientras Yayoi hablaba, Xiaomu le bajo suavemente sus braguitas, revelando un resplandeciente chorro de jugos vaginales conectando las braguitas con su titilante vulva desnuda. “-Hace tanto que no hacemos el amor, que me estaba volviendo loca.”

“Lo se querida…” Xiaomu rió al separar las deliciosas nalgas de Yayoi. “¡Lo sé de primera mano!”

Xiaomu abrió su boca y fue directa a comerse el coño de Yayoi. Yayoi sintió una ola de placer recorrer su cuerpo. Empezó a gemir fuertemente mientras Xiaomu comía su cure-madalena. Pronto, los sonidos más fuertes de la sala eran los de Xiaomu comiendo el jugoso coñito de Yayoi. Como respuesta, los jugos de amor de la chica rubia empezaron a caer por la barbilla de Xiaomu y caer al suelo.

Entonces Xiaomu llevó su lengua desde el coño de Yayoi hasta su cerrado y apretado ano. Xiaomu meneó su lengua un poco en el ano de Yayoi para dejarlo bien mojadito.

Ella empezó a presionar su lengua en el apretado agujero negro rosa, follando eróticamente el mágico anillo de Yayoi.

Yayoi se mordía las mangas para contener su sonido de placer. “¿V-vas a jugar con mi pastelito de chocolate?”

Xiaomu sacó su lengua del jugoso ano de Yayoi para responder. “¡Jejeje! Ese es el plan, chiquilla.” Conforme retrocedía, azotó gentilmente las nalgas de Yayoi, dejándolas con marcas rojas y brillantes en su perfecto y pálido culo.

Tras un rato Xiaomu empezó a ponerse su strap-on favorito. Yayoi echo la mirada atrás y vió que se había puesto un dildo con bultos. “¿Vas a usar a ‘Bultín’, Xiaomu-sama?”


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“¡Por supuesto!” Respondió Xiaomu sonriendo. “Sé que Bultín hace que te corras superrápido.”

Yayoi se apoyó de nuevo en sus brazos que descansaban sobre el escritorio de oficina. Xiaomu escupió en el dildo para humedecerlo. Ella suavemente apartó el dorado cabello de Yayoi y puso su mano izquierda sobre la nalga de la pequeña. Con su otra mano empezó a frotar la cabeza del dildo en la entrada del ahora bien lubricado ano de Yayoi.

Xiaomu oyó a Yayoi susurrando gemidos y sintió como la chica presionaba su trasero contra el gran strap-on de Xiaomu.

“Recuerda cariño”, Le advirtió suavemente. “Respira hondo… ¡y relájate!”

Yayoi tomo arie varias veces y se calmó, a la par que Xiaomu gentilmente introdujo el dildo en el tan apretado ano. Cuanto más insertaba el dildo, más rápidos y fuertes eran los jadeos de Yayoi.

Cuando el dildo estaba casi completamente dentro, Xiaomu preguntó, “¿Como te sientes, Yayoi?”

Su cuerpo se sacudía de sentir el dildo dentro de ella. Ella respondió, “¡M-m-m-m-muy b-b-bieeennnn!”

Xiaomu sonrió al oír su respuesta. “Me alegra oír eso. Ahora…” Xiaomu lo sacó con gentilidad. Los bultos del dildo podían oírse saliendo del recto de Yayoi.

“¡¡¡¡Ahhhhh!!!!” Fue el único sonido que hizo Yayoi.

Xiaomu puso ambas manos en su trasero. En cuestión de segundos, Xiaomu empujó duramente de nuevo en el culo de Yayoi.

Yayoi se quedó con cara de asombro. Su boca se quedó abierta y sacaba su lengua de una extraña manera. Por los sonidos que producía era obvio el deleite que sintió en ese momento.

Xiaomu comenzó a mover sus caderas a un ritmo constante. Con cada empuje, el escritorio hacia ruido mientras el cuerpo de Yayoi se zarandeaba. Xiaomu gruñó a la vez que Yayoi gemía más alto, jugos de su coño salían suavemente, creando largas hebras de zumo de amor conectándose a un lado del escritorio, goteando a las piernas e incluso las braguitas de Yayoi.

Xiaomu subió el ritmo, causando que Yayoi gimiera más y más fuerte.

“¡Xiaomu! ¡Me voy a correr! ¡No pares!”

Por orden de su amante, Xiaomu siguió follando su culo. Faltaban tan solo unos segundos más hasta que Yayoi se corriera y entonces…

De repente, las siluetas de dos profesoras aparecieron por la ventana de la puerta de la clase. Xiaomu paró de inmediato y tapó la boca de Yayoi con su mano. Por suerte para ellas, las profesoras no pudieron ver a las chicas desde el pasillo.

Las dos amantes no movieron ni un músculo… ambas hicieron todo lo posible por estar calladas. Podían oír a las profesoras hablar. Pasó un minuto… Las profesoras seguían ahí… seguían hablando.

Xiaomu podía sentir como se aceleraba el corazón de Yayoi de la intensidad del momento. Sabiendo que Yayoi estaba cerca de un gran orgasmo, se le ocurrió una arriesgada idea.

“Ey Yayoi,” Dijo Xiaomu, susurrándole al oído. “¿Puedes mantenerte sobre un brazo y una pierna?”

Yayoi asintió, gimiendo ligeramente.

“Vale, de acuerdo. ¡Allá vamos!”

Xiaomu retiró sus manos de la boca de Yayoi. Agarró una de las manos de Yayoi y la puso gentilmente sobre la boca de la propia chica. Acto seguido, Xiaomu levantó el suéter del uniforme escolar de Yayoi. Entonces ella dejó que sus manos agarraran firmemente el centro de la camiseta del uniforme de Yayoi (y a través de su tela, su sujetador), y TIRÓ de ella tan fuerte como pudo, rompiéndose en direcciones opuestas.

Los sonidos de tela rota y botones saltando fue lo suficientemente ruidoso para las amantes – pero no para las profesoras – como para ser escuchados. Los pechos de Yayoi quedaron completamente expuestos. Xiaomu colocó su mano en el pecho derecho de Yayoi y empezó a jugar gentilmente con sus pezones. Yayoi se retorció ligeramente del placer que le produció.

Entonces Xiaomu intento levantar una de las piernas de Yayoi, pero vió que no podías levantarla muy alto debido a que las braguitas de Yayoi se estiraban entre sus muslos.

Xiaomu gruño y agarró las braguitas de Yayoi con su única mano libre. Con otro tirón, se los quitó también a Yayoi.

De nuevo, el sonido de tela desgarrada fue fuerte, pero no lo suficiente para los que estaban en el otro lado. Entonces Xiaomu pudo levantar la pierna de Yayoi hasta arriba.

Se posicionó para que la pierna descansara sobre su brazo, pero pudiera seguir jugando con el pecho de Yayoi. Entonces llevó su otra mano hasta el conejito de Yayoi. Insertó gentilmente dos dedos en el coño de Yayoi. Podía escuchar los chorreantes ruidos del coño de su cautiva hacía por la emoción del embrollo en el que estaban.

Ahora sin embargo, ELLAS podían oír a las profesoras hablar. Yayoi no sabía lo que planeaba Xiaomu…. pero estaba a punto de averiguarlo – y no era lo que esperaba.

En vez de pensar una forma de esconderse, Xiaomu empezó a masturbar rápidamente el coño de Yayoi de arriba abajo, a lo largo de su punto G. Yayoi jadeó, pero pronto descubrió que su boca estaba tapada de nuevo. El coño de Yayoi se mojaba cada vez más cuanto más jugaba Xiaomu con él (especialmente con el gran dildo estando todavía en su apretado ano).

En unos segundos, Yayoi estaba otra vez a punto de alcanzar el clímax. Sus manos empezaron a agitarse, sus caderas arremetían contra los dedos de Xiaomu, e intentaba con todas sus fuerzas bajar sus gemidos. Entonces….. perdió el control - Yayoi soltó el más pequeño de los chillidos y comenzó a correrse por todas partes…

Justo en ese instante, una de las profesoras abrió ligeramente la puerta.

Xiaomu y Yayoi estaban sorprendidas. Sin embargo, Yayoi no podía parar de correrse, continuó dejando su líquido por todo el suelo y en las manos y ropa de Xiaomu. Una de las profesoras estaba preguntando a la otra si deberían pillar algo para comer antes de volver al trabajo. Afortunadamente, la otra profesora aceptó y la puerta se volvió a cerrar. Las profesoras de marcharon de allí, dejando a Xiaomu y Yayoi solas de nuevo.

Xiaomu suspiró aliviada. Vió que Yayoi tenía su mano sobre su propia boca. También notó que la recatada chica se había corrido tanto que sus pupilas estaban dilatadas. Xiaomu le dio un beso en el cuello y dijo, “Buena chica. Buena chica. ¡Con eso bastará!”

Unos meros instantes después, Xiaomu estaba vestida con su ropa otra vez y estaba usando un pañuelo para limpiar la corrida de las piernas de Yayoi. Yayoi se había puesto su suéter de recambio y se lo bajo para cubrir su pecho desnudo.

Poniéndole la carita haciendo un puchero, le dijo a Xiaomu. “¡No me puedo creer que me hayas arrancado las braguitas, Xiaomu-sama! Eran unas de mis favoritas. Mou….”

Xiaomu soltó una risilla y respondió, “Lo siento, mi amante. Te compraré otras de la misma marca. Tengo algunas bragas de sobra en mi bolsa para ti.”

¡Pero, conforme Xiaomu acabó de limpiar a Yayoi, sonó el timbre de las clases de la tarde!

Yayoi dio una bocanada, sabiendo que la clase estaba a punto de empezar. Salió escopetada hacia la puerta de su clase. “¡¡¡Ahhhh!!! ¡Me tengo que ir! ¡Te veo después de clase Xiaomu!”

“¡Adiós cariño!” Xiaomu dijo con una sonrisilla malvada, su mano aún agarrando las braguitas de recambio. Una vez el sonido de las pisadas de Yayoi cesó, pensó, “Vaya… ¡Espero que nadie note que no lleva bragas en las clases!”

Yayoi volvió a su clase y vió a sus amigas sentadas cerca del frente del aula. También observó que la profesora no había llegado aún.

“¡Hola chicas! ¿Supongo que he vuelto justo a tiempo, eh?”

“¡Oi! Yayoi-chan, donde has estado,” preguntó Miyuki.

“¿Y por qué estás tan sonrojada?” Añadió Akane.

“Oh…. Yo em…. Yo estaba corriendo para volver aquí. Por eso tengo la cara un poco roja. Jejeje…”

Yayoi se dirigió a su asiento. Cuando de repente, su falda se enganchó en el canto de uno de los pupitres, subiéndole la falda. No fue precisamente difícil ver lo que había - o más bien faltaba – bajo su falda.

Sus cuatro amigas se sonrojaron a la vez.

Nao gritó, “¡Yayoi-chan! ¿¡Donde están tus braguitas!?”

Yayoi se coloró también y en lo único en lo que podía pensar era, “Oh cielos… oh cielos… oh cielos.”

- FIN -


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